Antes de cualquier Rinoplastia es preciso realizar dos exploraciones. Una de ellas valora las estructuras externas que hay bajo la piel (hueso, cartílagos, musculatura y calidad de piel) de manera que los cambios estéticos o funcionales necesarios se adapten y tengan en cuenta la anatomía de cada paciente. La otra parte de la exploración debe incluir una visualización de las fosas nasales en busca de anomalías, fundamentalmente, del tabique nasal y los cornetes (independientemente de que el paciente refiera dificultad respiratoria). Estas dos formas de explorar son básicas si se desea obtener el mejor resultado estético, funcional o ambos, y lo que es más importante: no comprometer la labor de la nariz que es introducir el aire en nuestro cuerpo.